El bajo consumo se pone de moda

Los aparatos, electrodomésticos y lámparas de bajo consumo por fin se están poniendo de moda y se introducen en nuestro día a día, aunque haya tenido que ser a base de talonario.

Según datos del Ministerio de Industria, en lo que va de año, más de 3 millones de ciudadanos se han acercado a las oficinas de correos a recoger las bombillas de bajo consumo que se están regalando como medida del Plan de Ahorro y Eficiencia Energética puesto en marcha por el Gobierno en 2009.

En total, desde que se inició la segunda fase del plan gubernamental, se han repartido 3.027 millones de bombillas, lo que generará un ahorro de 252 gigavatios/hora y evitará la emisión de 101 toneladas de CO2 a la atmósfera.

Las bombillas de bajo consumo aún representan un porcentaje mínimo en el total del consumo de energía mundial, pero sus ventajas son claras e indiscutibles. Por una parte son buenas para el bolsillo del usuario: aunque son más caras que las bombillas tradicionales, su duración es mucho mayor (unas 10.000 horas más de vida), y consumen cuatro y cinco veces menos que las lámparas incandescentes.

Por otra parte, el medio ambiente también se ve beneficiado por el uso de este tipo de energía. Al reducirse el consumo eléctrico, también se reduce, de forma muy significativa, la emisión de CO2 a la atmósfera, responsable, en gran medida, del temido efecto invernadero.

Por todas estas ventajas, la Unión Europea aprobó un calendario para la sustitución de las tradicionales bombillas incandescentes por las lámparas de bajo consumo a partir de septiembre de 2009. La buena acogida por parte de los ciudadanos españoles está consiguiendo que nuestro país, no sólo cumpla las previsiones de la UE, sino que se adelante a ellas.